Una tarde
del 2011 caminando por una calle de centro de la ciudad, Bogotá, recibí una
edición gratuita de una revista en la que había un pequeño artículo donde
comentaba un estudiante de publicidad los cinco cuentos favoritos escritos por
Julio Cortázar; este era un evento más que se sumaba para un futuro encuentro
con la literatura del escritor argentino, teniendo en cuenta los buenos
comentarios que había leído y las muchas recomendaciones que me habían hecho.
Un dia me regalaron en unas hojas impresas un pequeño cuento llamado la noche
boca arriba con gran expectativa lo lei y vaya que me gusto, uno de los mejores
o quizás el mejor (a gusto personal) que he leído; la manera de describir los
personajes y los escenarios, la manera en que las circunstancias cambian de un
momento a otro mientras uno puede tener un imaginario viaje, y ese final
inesperado.
De esa
manera inicie a buscar en internet cuentos cuando me entere de una novela,
hasta ese momento desconocida para mi, que lleva por titulo Rayuela, un regalo
muy valorado que recibi, un bloque con mas de setecientas paginas que el solo
verlo daba cierta fatiga, comencé la lectura, que a la fecha no he concluido, y
pagina a pagina leyendo los capítulos que el mismo autor llama como capítulos
prescindibles ya que opte por la lectura extensa, el ambiente parisino en el
que la historia de La Maga y Horacio Oliveira trascurre, sumado a las lecturas
prescindibles que dan un breve receso a la historia.
Alternando
esa novela con cuentos cortos y extensos, fui adquiriendo el gusto por la
lectura de Cortázar; sus escenarios sin descripciones extensas pero concretas,
sus personajes con historias que bien son comunes pero con desenlaces
extraordinarios o personajes de ficción que se sumergen en diversas historias
que son un llamado a la realidad y a la imaginación.
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