Una
novela escrita con estilo de crónica periodística. Aquella muerte de Santiago
Nasar vista como el pago de una deuda de honor, nunca se afirma que él tuvo que
ver con el deshonor con que Angela Vicario llego al altar para que luego fuera
abandonada por su esposo Bayardo San Román y señalada por todo el pueblo. Los hermanos Pedro y Pablo
Vicario gritando a los cuatro vientos que iban a cometer el crimen y las circunstancias
que se prestan para que Santiago no sea advertido. Un asesinato y una autopsia
muy crudas pero narradas de una manera muy literaria son las escenas que más
recuerdo de la obra y como olvidar un maletín lleno de cartas sin leer.
Tres cuadernos de hojas rayadas, cinco lápices, dos borradores blancos y dos tajalápiz metálicos son los útiles que el “loco” Tafur emplea en su celda para iniciar el relato de su vida, comenzando por la enfermedad que sufrió en un niñez, su voluntad para ser un excelente deportista, el bullying del cual era víctima, sus vida estudiantil y universitaria llena de frustraciones, su vida en aquellos barrios bogotanos que bien son considerados como guetos, su viaje a medio oriente y su desenlace de nuevo en Bogotá. Pues a modo de resumen esos serían los tópicos más relevantes de la vida del Loco, pero se hace obligatorio hablar acerca de dos aspectos más: por un lado los personajes que se cruzan en la vida del narrador y que son aún más peculiares. Y por otro lado, la influencia de las voces y visiones que tiene Tafur desde su niñez –A modo personal, un elemento que encontré interesante en el libro Satanás , pero que se convirtió en elemento repetitivo en este libro-. Inicialmente el am...
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